El 2011 representó el año que valió la consolidación del nuevo monstruo del tenis, nos referimos a Novak Djokovic. Logró mantener una racha de 41 juegos ganados de forma consecutiva, además de conseguir 3 torneos de Gran Slam, algo totalmente impresionante, si tomamos en cuenta que esta distinción muy pocos lo han logrado.
Nole se convirtió en el némesis de Rafael Nadal,
quien gracias a su poderío físico y mental había logrado arrebatar el
liderato a quien es considerado por muchos el mejor de la historia, Roger Federer.
Sin embargo, la formula pareció no tener efecto alguno contra Djokovic,
pues jamás logró ganarle en todo el año, además de caer en 2 de las 3
finales que ganó Djokovic en Grand Slams.
Pero como sabemos, el tenis es uno de los deportes que más exigen
físicamente. Son pocos los jugadores que llegan a los 30 años
manteniéndose en un nivel óptimo de juego, además de que las lesiones
son un plato común en las grandes estrellas.
Y fueron precisamente las lesiones y la
carga de fatiga quienes frenaron a Djokovic. El año no cerró con la
fuerza como empezó para el serbio, dejando muchas dudas respecto a su
dominio en el 2012.
El Australian Open
será la primer prueba de verdad, tanto para Nole como para Nadal.
Tomando en cuenta las estadísticas, cualquiera pensaría que el torneo es
de Djokovic, sin embargo, al tomar en cuenta lo ocurrido con ambos
notaremos que, de enfrentarse una vez más, la victoria bien podría ser
de Nadal.
Djokovic viene de lesiones que lo apartaron de las canchas, con lo
que quedó demostrado que también es humano. Por su parte Nadal por fin
se ha recuperado de una lesión en el tobillo que le aquejó todo el 2011,
además de que realizó un cambio en su raqueta, con la finalidad de
aumentar la potencia de su saque, esto debido a que de los 4 tenistas
mejor rankeados, era precisamente el español quien tenía el saque más
débil.
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