jueves, 31 de mayo de 2012

LA PRIMERA LEYENDA DE WIMBLEDON

                            

Los hermanos Ernest y William Renshaw, allá por finales del siglo XIX, fueron, en gran medida, culpables de la popularización del tenis como deporte accesible con su carácter jovial y divertido y sus enormes y aplastantes triunfos. Entre los dos, sumaron más de 20 títulos de Wimbledon, y además, entendieron que el tenis tenía que modernizarse.

El más laureado de los dos, Williams llegó a ganar siete (1881, 82, 83, 84, 85, 86 y 1888) veces el torneo de Wimbledon, seis de ellas consecutivas, venciendo a su hermano hasta tres veces en la final del torneo londinense. Sólo Pete Sampras puede presumir de tener los mismos títulos que él, con la diferencia que el americano no consiguió seis de manera consecutiva.

Nacidos en Leamington, Warwickshire, el menor de los hermanos, William, llegó a disputar hasta ocho finales de Wimbledon, llegando a la primera de ellas el año siguiente al de su debut, donde perdería en la tercera ronda. Lo impresionante del caso, es que sus seis títulos consecutivos siguen siendo a día de hoy un récord que, aunque ha estado a punto de ser igualado, nadie ha logrado batir. Los que más cerca estuvieron fueron el sueco Björn Borg y el suizo Roger Federer, que ganaron cinco consecutivos cada uno. En cualquier caso, para el debate queda la reflexión de qué tiene más mérito, si los récords de Federer y Borg o el de Renshaw, pues en la época de éste, el ganador obtenía el pase a la final del año siguiente de manera directa. Su juego era agresivo, tanto que se le reconoce como el primer jugador en la historia en usar el golpe de smash.

Su hermano Ernest, que tuvo la mala suerte de enfrentarse a William en muchas finales y perderlas, también ganó Wimbledon, pero nunca pudo igualarse a su hermano menor en calidad.

Juntos, sin embargo, mantuvieron el récord de títulos de dobles hasta que llegaron los hermanos Doherty y les superaron con ocho. A día de hoy, los 14 (siete individuales y siete de dobles) títulos de Wimbledon de William Renshaw son un récord inalcanzable para nadie en el tenis moderno.

Juntos, fueron los precursores del tenis actual, pues en verano disputaban torneos en su Gran Bretaña natal, pero en el invierno hacían giras por la Riviera francesa, hasta el punto que llegaron a construir una de las primeras pistas de tenis en Cannes.

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