Delimitar el punto de origen de este deporte es extremadamente
difícil debido a la variación en las reglas que ha sufrido a medida que
evolucionaba. Los juegos que incluían pelotas para su práctica existían incluso en la cultura egipcia o romana, pero considerar que alguna de esas rudimentarias formas se aproximaban al tenis puede ser, cuanto menos, impreciso.
En lo que no suelen fallar los historiadores es en otorgar el papel del ‘’Jeu de Palme’’(Juego de la Palma) como antecesor directo del tenis moderno. Practicando en Francia durante el siglo XVII,
significa literalmente juego de palma ya que al principio como raquetas
improvisadas se utilizaban las manos. Con el tiempo el juego se volvió
muy popular, empezando a surgir las raquetas elaboradas por artesanos
para poder afrontar la gran demanda del deporte. En Inglaterra tendrían su propio movimiento llamado ‘’Real Tennis’’,
mientras cualquier modalidad se difundía sin descanso a lo largo de
todo Europa. No había un reglamento establecido, habiendo dudosos
intentos por parte de franceses e italianos de crearlo.
No sería hasta 1874 donde encontramos una de las referencias más claras sobre unas normas comunes para todos.
Con el Mayor Wingfield llegaríamos al establecimiento de parámetros tan importantes como la altura de la red o el sistema de puntuación (En aquellos años en Europa predominaba todavía el sistema sexagesimal.
El número 60 era el equivalente al 100, por ello al dividir 60 entre
los cuatro puntos que hay que ganar para hacer un juego nos sale la
actual forma de contar de 15, 30, 45 y juego. ), fluctuantes durante
muchos años en cada región. Lo llamó sphairistiké, término
griego para aludir a la habilidad de jugar con la pelota. Con apenas
años de diferencia Mayor Harry Gem y Juan Batista Augusto Parera
hicieron también su propio sistema de reglas. En un principio Wingfield es el más reconocido como fundador del tenis moderno aunque las aportaciones de todos ellos fueron fundamentales.
Pocos años después, concretamente en 1877, tendríamos el primer torneo oficial de Wimbledon,
donde a pesar de las inevitables incongruencias primerizas en las
reglas no se tardó mucho en alcanzar el sistema actual, consiguiendo
difundirlo al resto de países a través de pequeñas competiciones tanto
con carácter amistoso como con la oficialidad de campeonatos. Estados
Unidos rápidamente organizó sus propios torneos nacionales, hasta
conseguir el famoso Open de Estados Unidos, una de las competiciones con más prestigio y competitividad en la actualidad.
Ya entrados en el siglo XX el tenis es uno de los deportes más reconocidos a nivel mundial, celebrando competiciones conocidas por todos como Roland Garros o el Open de Australia, surgiendo campeones que pasarían a la historia del tenis. Con la Federación Internacional de Tenis completamente instalada en 1924
ya tendríamos disponible unas reglas claras para todos los jugadores,
con torneos a niveles regionales, nacionales e internacionales donde
podrían competir entre ellos jugadores de la talla de Vinnie Richards o
Bill Tilden, los fuera de serie de la época que atraían a cada vez más
público para ver partidos de tenis.
A partir de aquí el deporte se popularizaría a todos los niveles,
participando jugadores tanto para divertirse como para competir en una
escala u otra. Apenas habría cambios en las reglas, como el añadido del Tie-Break,
volviendo a ser parte de los juegos olímpicos con la competición de
Seúl en 1988. Un deporte que ha evolucionado de forma imparable hasta
nuestros días, siendo de los más demandados en la actualidad.
Wimbledon, la cuna del tenis.
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